Turista (de aventura)
- Lily Asmar

- Feb 10, 2022
- 4 min read
a Jamaica Kincaid
¡Es que éste es un país maravilloso! En el corazón mismo de nuestra América del Sur. ¡País de grandes contrastes! Si cerveza: rubia, si azúcar: morena. Tierra de exóticas bellezas naturales, de días de sol de tentación y noches de luna de miel. Garantizamos placer absoluto y completa reserva. ¡Llame ahora! y reserve su paquete turístico. ¡Lo estamos esperando!
Y tú llamarás, porque al final de cuentas ese dinero no es nada para ti. Inventarás uno de esos encuentros internacionales que ahora sobran y hasta piensas darte una vuelta por el evento antes de llegar a tu destino. Desembarcarás en el Aeropuerto Internacional Viru Viru y pensarás que no está tan mal para ser un país tan pobre. Serás bien recibido y pasarás todas las aduanas sin problema. No se te ocurre que alguien pueda verte con sospecha, jamás pasa por tu cabeza la remota idea de una duda sobre tu calidad de ciudadano del mundo: hombre, adinerado, propietario y blanco.
Nadie abre tus maletas, ni te pregunta si traes alimentos, si piensas quedarte indefinidamente o si tienes planes de matar al presidente. A la salida del aeropuerto te espera un radio taxi Toyota modelo Corolla perfectamente acondicionado y del año. Verás por la ventana como mucha de la gente viaja en bicicleta, como los conductores peritos esquivan los baches, como pasan los buses con gente que trae mitad del cuerpo fuera del vehículo, y te sentirás feliz de estar viviendo “lo otro”. El aire acondicionado te ha pacificado, decides abrir un poco la ventana para poder sentir algo del vaho cruceño.
¡Nada como vivir una cultura en carne propia!
Bajarás del radio taxi al hotel cinco estrellas y te despedirás del taxista, sin escuchar si te despide o insulta, total… quién será ese pobre diablo. Te registrarás más que de prisa. Como en todas partes, todo fluirá para ti, no hay obstáculos, “no problemo”.
- Good afternoon Mister and welcome to Santa Cruz de la Sierra!
El acento de la mujer te molesta, además preferirías que te hable en español pues para eso viniste, para que todos admiren tu esfuerzo por aprender una lengua tan venida a menos.
- Good afternoon, uno abitashon por uno porrrfavorrrrr.
La mujer al ver tu pasaporte americano, por supuesto, salta algunos pasos legales. Tú, claro está, no reparas en la deferencia y pasas al ascensor contento con la agilidad de las cosas. Todo es una máquina, perfectamente engrasada y lista sólo para ti. Ya en tu habitación decides tomar una ducha y comer algo. Dudas sobre qué es lo que más te conviene: pedir asistencia sobre un buen restaurante en las inmediaciones o algo del hotel que supones tiene un buen jefe de cocina. Piensas en tu apetito, si menú local o internacional, si pollo o res, a la brasa o al horno, etc., etc., etc., si enterococcus o escherichia coli. Decides que una hamburguesa es la mejor opción y comes en el hotel entre satisfecho y vacilante. Ya es hora de salir, cae la tarde, te llaman un radio taxi, vas.
Y si hoy no voy a trabajar ¡qué! Si de pronto decido que hoy no visito a Charo, ni llamo al negro, ni pido un trago, ni bailo cumbia, ni niño muertos, ¡qué!... ¡Qué de qué! Mejor me doy una ducha ahora y salgo que si no el camba de abajo me deja sin agua. ¡Qué calor! Hoy será una de esas noches. Vestido, tacones, cartera, pinturas.
- ¡Charoooo!, Charito linda no te vayás sin dejarme bien plantada que hoy hay cliente importado.
Dónde se habrá metido el negro, voy a llegar tarde y las cunumis del local me lo van a querer volar.
- ¡Negrito de mi alma! ¡Dónde ejtábas! No sé cómo, pero me hacés llegar a tiempo.
- Dejame aquí, tu taxi ya es un papelón, mejor camino lo que resta de la cuadra; ya sabéj negrito, todo es imagen y producción, nada personal mi negrín papuchín.
- Uno bien cargado Tony y por fa pasame el cenicero porque sin un pucho no me veo cool.
- Ayyyyyyy pero ¡bien venido!, nais tu mitiu, yo amigos americanos y europeoj too, jajajaj Mijter, claro cariño, lo que queráj mi vida, cumbia, salsa, forró, ¡qué noche te ejpera!..., jejeje playboy…
De pronto despiertas alborotado porque no recuerdas bien como fue que regresaste al hotel, miras a tu lado una mujer que apenas conoces y que duerme a pierna suelta sobre tus sábanas de seda. Te levantas y rápidamente controlas que no falte nada, nunca se sabe con esta gente. En medio de tu recorrido visual, te detienes en la mujer que, de manera totalmente espontánea, según tú ¡claro!, ha dejado al descubierto una de sus piernas largas y morenas. Te entretienes en su espalda y te preguntas si ella podría tatuarse tu nombre en tinta roja, y el mundo te pertenece. Se te ocurre que ella debería salir con menos hombres y que lo mejor sería mantener una “amistad” constante que a ella le de seguridad y por qué no decirlo, a ti también; es más, para decirlo con toda sinceridad: principalmente a ti. Estás satisfecho, ¡qué gran idea!, digna de tu cultura occidental.
La mujer despierta y como “al hombre de más saber, la mujer lo hecha a perder”, la morena explica que eso de “la mujer como la sardina, en la cocina” o “el hombre en la plaza y la mujer en la casa” pues -“nada que ver en ejta época querido”- y como “lo que la mujer no logra hablando lo logra llorando” o mejor en este caso “más pueden dos tetas, que dos carretas”, tu idea maravillosa sobre una “amistad permanente” quedó en que como siempre “el hombre propone, dios dispone y la mujer descompone”.
Ya solo en tu cuarto no entiendes bien cómo fue que ella dejó pasar semejante oferta, finalmente tú eres todo un caballero que sólo quería darle el trato digno de amante de viaje de negocios. Cosa rara las latinas… Después de sentirte un poco defraudado y sin saber todavía muy bien por qué, decides empacar porque tienes que tomar el avión de las siete rumbo a Miami, de regreso al país de ganadores.
Mientras haces tus maletas, Charo se compra una cartera en las Siete Calles, el negro un repuesto para su taxi, y Tony útiles escolares para sus hijos; todo con tu dinero, pero no gracias a ti. Después de todo… tú solo eres un “turista de aventura”. Principalmente para ella.
©BAGG del libro de cuentos
Variación (sobre un mismo tema) y Fuga (del Centro de Orientación Femenina)

"Poesía y prosa en Blanca y Negra".






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