Naya
- Lily Asmar
- Oct 10, 2021
- 1 min read
Updated: Mar 2, 2022
a la mujer de Caliban
Aún antes del espejo
el brillo de un imperio que no es mío
que hace tiempo me miraba
como se mira lo invisible
que nunca supo mi nombre
ni sintió mi piel
que como el fuego
arde al sol de los Kantus.
Y le preguntan
y él responde
y si le mandan
obedece
y lleva escrito en la palma
los mil nombres que le han dado.
Yo en cambio,
entre la flor del haba
y la edad infinita de la papa
le explico:
la rigurosa materia de mis formas
mi nombre en encriptado palimpsesto
la transparente huella de mi paso.
Pero la luz,
que no siempre lo mira a él primero,
sólo le deja ver
tejido en el lago profundo
mi reflejo
que en múltiples reverberaciones
le repite:
nunca vas a saber quien soy.
La Paz, 2 de marzo 1996
© BAGG del poemario Arder al sol de los Kantus

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